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Nuestra historia

  3 Generaciones  

3 Generaciones dedicadas al viñedo, todo empezó con la terquedad de un hombre para llevar la contraria, cuando la mayoría de campesinos arrancaban el viñedo para poner avellanos, ya que daban más rendimiento a final de año, mi abuelo quiso mantener el viñedo que le habían dejado en herencia, una ladera de Cariñena plantada en 1924.

Más adelante compró una finca de avellanos que estaba prácticamente abandonada, y con la ayuda de su mujer y los 3 hijos, todavía muy jóvenes, la fueron recuperando, fue entonces cuando mi padre decidió que quería dedicarse en la tierra.

La segunda generación comienza en 1990, cuando mi padre decide plantar viñedo aconsejado por uno de los impulsores del priorato y con la idea de algún día abandonar la cuesta de viña vieja que ya no tenía el rendimiento necesario para vivir.
Los siguientes 10 años fue plantando cada vez más viñedo hasta poder abandonar el trabajo de pintor que compaginaba con el campesinado. Las nuevas plantaciones ya estaban en paradas (terrazas hechas para combatir la pendiente de las montañas) y con emparrado, pero a diferencia de otros campesinos él optó por utilizar un marco de plantación muy estrecho, haciendo imposible que se trabajes con tractores pero ganando en calidad y cantidad de vendimia.

En aquellos años todavía no se pagaba muy bien la vendimia y los frutos secos bajaban de precio, lo que obligaba a trabajar todo lo que se podía, incluso mi madre iba a regar las cepas recientemente plantadas estando embarazada.
Por suerte el vino del Priorat fue ganando valor y llegaron las inversiones internacionales, en nuestro caso unos franceses que arrendaron las fincas familiares y contrataron a mi padre para llevarlas durante 10 años, durante los cuales yo aprendí mucho de cómo trabajaban en Francia (hice una campaña de vendimia en una bodega suya de Perpiñán).
 


La tercera generación comienza cuando me decido a estudiar los ciclos formativos de elaboración de vinos y vitivinicultura, buscando llegar un poco más lejos que mis predecesores y llegar al final de la cadena, hacer vino. Para aumentar los conocimientos estuve trabajando un año en una bodega de Andorra, donde hacían vino de altura, seguidamente empecé a trabajar en una bodega de Porrera donde después de un par de años me ayudaron a empezar a hacer mi propio vino cediéndome un espacio de su bodega mientras no podía hacer la mía.​
Durante todo este tiempo he estado trabajando los viñedos familiares con la ayuda incansable de mi padre.

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